Las mamografías son el método más eficiente para prevenir la muerte por cáncer de mama. Instituciones especialistas en la materia, del calibre del Instituto Nacional del Cáncer, la Sociedad Americana del Cáncer y el Colegio Americano de Radiología, recomiendan que las mujeres mayores de 40 años se realicen una mamografía anual para disminuir hasta un 35% el riesgo de fallecer por esta enfermedad.
Por otro lado, las mamografías permiten que las mujeres que detectan de manera precoz un cáncer de seno puedan conservar sus mamas, ya que cuando se lo descubre en las etapas iniciales, el tumor puede ser extirpado sin necesidad de realizar una mastectomía.
Cabe recordar que, a pesar de los mitos a su alrededor, la mamografía es un procedimiento que dura alrededor de 20 minutos y que solo provoca cierta incomodidad en algunas mujeres. Además, se trata de un estudio seguro, que utiliza una mínima cantidad de radiación (menor a la de una radiografía de tórax).
Los especialistas recomiendan que las mujeres con mamas densas o que aún no han cumplido los 50 años se realicen mamografías digitales, que permiten grabar las imágenes para que los médicos puedan agrandar algunas secciones y observarlas mejor. Por otro lado, es recomendable asistir a la consulta con el especialista con los resultados de mamografías anteriores.
También es importante prestar atención a las recomendaciones a la hora de realizar el estudio, como no usar desodorantes e intentar programar la mamografía para unos 5 días después de terminada la menstruación.
Cabe destacar que de acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer, alrededor de un 10% de las mujeres que se realizan mamografías pueden requerir de otros análisis para descartar la enfermedad. Sin embargo, esto no siempre quiere decir que tengan cáncer de mama. De hecho, solo entre un 8% y un 10% de estas mujeres necesitarán una biopsia, y alrededor de un 80% de esas biopsias resultarán negativas.