Cuando se acercan las fiestas de Navidad y fin de año, la comida saludable suele dejar paso a bebidas y alimentos hipercalóricos, ricos en grasas saturadas, sodio y azúcares que, en exceso, pueden ser nocivos para la salud. De hecho, según estimaciones científicas, se pueden llegar a consumir cerca de 1500 calorías en cada cena festiva. Teniendo en cuenta que el número de calorías recomendado por día asciende a 2000, queda claro que esta costumbre no resulta nada saludable.
Para evitar este descalabro en la dieta, es importante planificar las comidas y mantener alta la ingesta de frutas y verduras, que gracias a su bajo contenido calórico y al efecto de saciedad que producen pueden prevenir los atracones de comidas menos beneficiosas. Sin embargo, los especialistas recomiendan no saltarse comidas, ya que puede resultar contraproducente y hacer que comamos de más.
Lo mejor es disminuir la cantidad de alimentos procesados y altos en grasas, como embutidos, snacks, fiambres y carnes rojas, cuyo alto contenido de grasas saturadas y de sodio puede resultar perjudicial para la salud cardiovascular y provocar picos de presión en personas con problemas del corazón.
Lo mismo sucede con las mesas de postres, en las que suelen abundar los productos ricos en grasas y azúcares, como los chocolates, los turrones de maní y los helados. La clave no es dejar de consumirlos, sino llevar un mejor control de las cantidades para evitar excesos de calorías.
Por último, teniendo en cuenta que se trata de una temporada de brindis, los expertos sugieren que para disminuir la cantidad de alcohol que se ingiere, se puede beber agua durante las comidas y reservar las bebidas alcohólicas para el momento de los festejos.